lo que 15 años de monitoreo liderado por la comunidad revelaron sobre las áreas marinas protegidas en los bosques de kelp (Español) – Functional Ecologists

Bosque de kelp, México (Crédito: Jennifer Adler/MasKelp)

Sobre el artículo: 

Imagina que una ola de calor extrema llega a tu ciudad, pasan unos días, luego meses y luego años. Ahora imagina que no puedes escapar de la ciudad. Esa es la realidad que enfrentan los organismos marinos durante las olas de calor marinas (MHW, por sus siglas en inglés): periodos prolongados de temperaturas oceánicas anormalmente cálidas. Estos eventos son cada vez más frecuentes e intensos debido al cambio climático, lo que lleva a los ecosistemas marinos al límite, especialmente para aquellas especies que no pueden moverse o buscar aguas más profundas para encontrar temperaturas más frías. 

En nuestro estudio, examinamos cómo las MHW de 2014–2016, las más fuertes y largas jamás registradas en el noreste del Océano Pacífico, impactaron las comunidades de bosques de kelp, y evaluamos si las áreas marinas protegidas (AMP) ayudaron a estas especies a resistir y recuperarse de estos eventos extremos. Nuestra investigación se centró en Isla Natividad, una pequeña isla frente a la costa de Baja California Sur, México. Allí, la cooperativa pesquera local, llamada Buzos y Pescadores de la Baja California, tiene derechos exclusivos de pesca y es responsable de aplicar las regulaciones y el manejo local. En 2006, establecieron voluntariamente dos reservas marinas estrictas (no se permite ningún tipo de extracción). 

Nuestros hallazgos muestran que, si bien las reservas no pudieron prevenir completamente los impactos de las MHW, sí aumentaron la resiliencia de algunas especies clave de invertebrados. Especies sedentarias como el abulón y los caracoles turbante no solo resistieron mejor dentro de las reservas, sino que también se recuperaron más rápido. De hecho, la biomasa de abulón dentro de las reservas se cuadruplicó en los años posteriores a la ola de calor, algo que no observamos ni en la comunidad de peces ni en especies más móviles como la langosta espinosa. 

El mensaje principal de este estudio es que estos resultados tienen relevancia más allá de Isla Natividad. Sugerimos que las AMP, especialmente cuando están bien gestionadas y adaptadas a especies con movimientos localizados, pueden ser herramientas eficaces de adaptación climática. Si bien, los beneficios no son universales y dependen de cada especie, las reservas marinas siguen siendo una estrategia clave para construir resiliencia frente al calentamiento de los océanos. 

Abulón amarillo (Haliotis corrugata). Crédito: Andrea Sáenz-Arroyo

Sobre la investigación: 

Uno de los aspectos más valiosos de nuestro estudio es el conjunto de datos: 15 años (2007–2021) de monitoreo ecológico a largo plazo, posible gracias a una colaboración única entre la cooperativa pesquera de Isla Natividad, la ONG mexicana Comunidad y Biodiversidad A.C. y la Universidad de Stanford. A menudo se subestima lo que realmente representan 15 años de datos. Pero piensa: ¿dónde estabas hace 15 años? ¿Cuánto ha cambiado desde entonces? Ese es el tipo de profundidad y perspectiva que ofrece esta investigación. Cuando la cooperativa estableció las dos reservas marinas estrictas en 2006, varios pescadores hombres recibieron capacitación para llevar a cabo los monitoreos ecológicos. Desde entonces, el grupo ha ido evolucionado. En 2013, dos mujeres se integraron al equipo de monitoreo y para 2019 se formó oficialmente el grupo “Sirenas de Natividad”. Hoy en día, cinco mujeres lideran y coordinan el monitoreo de bosques de kelp en la isla. Las Sirenas de Natividad siguen creciendo e inspirando a más mujeres de comunidades pesqueras en otras regiones de México. 

Desde 2006, la cooperativa ha realizado monitoreos anuales dentro y fuera de las reservas marinas, generando una invaluable serie temporal que nos permite detectar cambios ecológicos, entender cómo responden las especies a eventos extremos y evaluar la efectividad de la protección marina a lo largo del tiempo. No puedo enfatizar lo suficiente la importancia del monitoreo a largo plazo en diferentes ecosistemas, múltiples taxones y regiones. Sin este tipo de datos a largo plazo, perderíamos señales clave de resiliencia y cambios poblacionales. 

Arriba: buzos monitoreando en Isla Natividad. Abajo izquierda: buzos comunitarios. Abajo derecha: Grupo Sirenas de Natividad (Crédito: Arturo Hernández/COBI.) 

Lo que más nos sorprendió fue la notable diferencia en la recuperación entre especies. Si bien esperábamos ciertos beneficios de las reservas, no anticipamos una recuperación tan fuerte y sostenida del abulón después de las olas de calor. Este resultado ofrece nueva evidencia sobre la eficacia de las AMP como herramientas de adaptación climática y demuestra que las reservas marinas pueden realmente aumentar la resiliencia para algunas especies tras perturbaciones provocadas por el clima. 

A futuro, nuestro siguiente paso es evaluar si existen patrones similares en otras reservas marinas a lo largo de la península de Baja California. Queremos comparar ecosistemas, enfoques de manejo y entender mejor los rasgos ecológicos y mecanismos mediante los cuales las reservas marinas pueden conferir resiliencia climática. 

Sobre la autora: 

Mi camino como bióloga comenzó estudiando la taxonomía de los pepinos de mar durante mi licenciatura en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Después, mi enfoque se amplió hacia una perspectiva marina y, para mi maestría en La Paz, Baja California Sur, investigué los efectos de distintas temperaturas en medusas. Luego, siguiendo un sueño de toda la vida, me mudé a Australia para realizar mi doctorado, donde continué trabajando con medusas, pero esta vez estudiando los impactos de pesticidas en las diferentes etapas del ciclo de vida. 

Después de terminar mi doctorado, quise fortalecer mis habilidades de trabajo de campo. Ahora soy investigadora postdoctoral enfocada en los ecosistemas de bosques de kelp, reservas marinas y pesca en pequeña escala. Soy co-fundadora de la fundación MasKelp, una ONG que busca entender y proteger los bosques de kelp de América Latina. He recibido capacitación para identificar y monitorear peces e invertebrados en bosques de kelp, y he trabajado de cerca con comunidades pesqueras monitoreando sensores oceanográficos. Me siento increíblemente afortunada de poder visitar lugares tan hermosos y remotos para realizar monitoreos. Si pudiera darle un consejo a mi yo más joven, sería: no tengas miedo de cambiar de área si tus intereses evolucionan. Hay un mundo de cosas maravillosas por descubrir. 

Carolina Olguín Jacobson preparando su equipo de buceo y realizando monitoreos en los bosques de kelp en México (Crédito: Jennifer Adler).